Consumo sostenible

Los alumnos de 5º de Primaria asistieron a un taller sobre consumo sostenible y es que cada día compramos alimentos sin preguntarnos de dónde vienen o cómo se han producido. Hay estudios que indican que el recorrido medio de un producto alimentario por nuestro planeta es de unos 5.000 Kilómetros. Transportar productos perecederos de un continente a otro supone un enorme gasto energético e importantes pérdidas en la cadena de suministro.

Los denominados “circuitos largos” de comercialización están concentrando cada vez mayor proporción del comercio de alimentos, generando serios costes ambientales. Además, los productores, distribuidores y comerciantes locales están siendo expulsados del mercado con graves efectos en las economías locales.

El consumidor cada vez tiene menos opciones para comprar alimentos y los productores menos alternativas para distribuir sus productos. Es la llamada teoría del embudo: de un lado hay millones de consumidores; de otro, miles de productores; y en el medio, unas pocas cadenas de distribución que marcan las reglas del juego, pagan precios bajos a los productores y privilegian en sus estantes productos industrializados y poco saludables y alimentos “kilométricos” o “viajeros”, que vienen de la otra esquina del mundo. Mientras eso sucede, los comercios y las industrias próximas viven un momento crítico.

Por estos motivos, es necesario educar en la importancia de un consumo de proximidad, un consumo de productos de nuestro entorno más próximo, ayudando así a reforzar la economía local y a reducir el enorme gasto energético que produce el transporte de productos de un continente a otro.

La iniciativa promovida por la Fundación Salamanca Ciudad de Saberes intenta que los alumnos trabajen estos objetivos:

• Preguntarnos antes de comprar qué comemos, dónde y cómo se produce, si es necesario y cuáles son las alternativas.
• Reflexionar sobre los efectos que tiene en nuestro entorno social y económico nuestro modelo de consumo. Identificar a quienes beneficiamos y a quienes perjudicamos con nuestros actos de consumo. Valorar en cada compra el impacto. Concienciar de que comprar de forma responsable es una forma de poner nuestro granito de arena en la construcción de un mundo más justo y más sostenible.
• Valorar, antes de cada compra, el impacto que sobre la industria nacional tiene la producción y consumo masivo de productos que han recorrido miles de kilómetros hasta llegar a su lugar de comercialización.
• Reflexionar sobre la estructura de nuestro consumo personal. ¿Conocemos los comercios y las industrias de nuestro entorno? ¿Con qué frecuencia compramos productos locales y productos cuyo origen desconocemos? ¿Cuáles son las razones para esta elección? ¿qué consecuencias tiene eso para la sociedad? ¿y para nuestro futuro?

Todas estas preguntas y más son las que trabajaron nuestros alumnos y... ¡seguro que llevaron a casa un buen mensaje!